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Manifiesto




Ven,
acércate a mí,
camina a mi alrededor,
acéchame como lo hacen los depredadores con sus víctimas,
juega conmigo,
conquístame,
háblame con la mirada,
regálame un sorbo de tu aliento,
recoge mi pelo,
bésame el cuello,
desnúdame sin siquiera tocarme,
bésame lento
y después hazlo salvajemente.
Cómeme,
introduce tu lengua en mi boca,
hazme perder los sentidos,
llévame más allá de la estratósfera,
hazme saber, sin musitar palabras, cuánto me deseas,
acaríciame más allá de la piel.
Arrincóname contra la pared mientras me haces y me deshaces el amor,
entrégame tu sexo,
enséñame a inocular mi placer dentro de tu cuerpo,
acuéstate a mi lado y encima de mí,
sé demente conmigo,
despliégate toda en frente de mí.
Aráñame la espalda,
muérdeme,
espárcete entre mis dedos,
envíciame más,
complácete en mí,
no escatimes en nada.
Amárrame las muñecas con tus trenzas,
con tu baile hazme renunciar a la cordura,
enséñame a ser tu amante
atorníllame a tus alas,
ríe, canta y llora de mi mano,
acomódate en mi pecho,
pídeme que te abrace,
transfigúrame,
traspásame.
Parte mi vida en un antes y un después,
esclaviza mis temores,
dispárame directo al corazón con el gris de tus pupilas,
atraviésame la sien con la canción que emerge de tus labios,
empújame a los laberintos que se forman con tus clavículas,
bendíceme con un ínfimo roce de tu nariz sobre la mía,
voltéame al derecho y al revés,
indágame,
explórame,
descúbreme
y
quédate.


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