Ella… ¡Yo siempre hablo de ella! Pero, ¿cómo no hacerlo si llevo toda la vida levantándome a su lado? Ella sólo es alguien que quiere escapar de su humanidad por unas cuantas horas, tal vez por unos pocos días, no tiene el valor suficiente para desear más allá de eso. Quiere traspasar por un momento las barreras impuestas por la piel, y volar hacia otros planos, hacia mundos donde la regla establecida no tenga ningún efecto. Quiere inmigrar a territorios donde el dolor tenga extinción de dominio, porque el suyo, es un dolor que arde tanto como la lava que se guarda en el corazón de los más temidos volcanes. Algunas veces está hecha de espinas, de latidos que se debilitan y disminuyen con cada decepción. A veces siente demasiado, con detalles muy pequeños se conmueven sus más apartados sentires; pero, otras veces, se ubica en una categoría mucho más baja que la que ocupan las rocas que reposan debajo del agua inmóviles e indiferentes, hay vece
“Y la poesía es eso que nos asombra y nos nombra, que nos taladra las sienes como un balazo.” Raúl Gómez Jattin