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Mostrando las entradas de mayo, 2017

Te me saliste del corazón

Te me saliste del corazón, sin bulla, sin los tropeles, portazos y lamentos propios de los adioses. Te me saliste de la misma forma en que entraste: burlaste mis defensas, trepaste, corriste, hiciste y deshiciste… Y yo ni cuenta me di. Pero es mejor así: sin dolor, sin culpas, sin drama, sin guiones cliché de tristeza. Ahora camino liviana, sobrepuesta, un poco más feliz. Camino sin el maldito miedo de encontrarme un día contigo y no poder impedir la palidez mortecina con la que se arropaban mis labios ante la inminencia de un encuentro imprevisto. Camino libre, sabiéndome despojada de los afanes por saber quién ocupa tu cama y tu cuerpo. Te me saliste del corazón, y este amor callado, cansado y atípico bate sus manos en señal de despedida, y se disipa ante la mirada de alivio y esperanza de unos ojos que desde ese instante empiezan a vislumbrar un magnífico horizonte, uno con otras formas, otras curvas, otros colore

Pensamientos al azar sobre ti

  Cuando pienso en ti todos los puntos de niegan a ser finales. Cuando te veo, no alcanzo a saber si vienes del cielo o si el cielo viene de ti. Mi pecho deletrea diariamente tu nombre, y todas las canciones, incluso aquellas que no hablan de amor, me recuerdan a ti. Cada noche invento una historia diferente a tu lado, y todas ellas compiten para ver cuál tiene el mejor final feliz. Eres ensoñación, la naturaleza se anotó un punto triple cuando te arrojó a la vida. La proporción divina encontró su razón de ser en las curvas de tu sonrisa, en lo diciente de tu mirada. Eres la única montaña rusa a la que subiría sin coraza alguna para colisionar con el viento divino que surge de ti. Eres como el libro que se lee con cuidado y lentamente para alargar el placer que produce al alma la lectura de sus páginas. Me perdería encantada en las ondulaciones del mar negro de tus cabellos. Mi vida denota y connota vida sólo porque te sé dentro de ella.