Me
pregunto quién tiene la fortuna
de
saborear la desnudez de tu aliento.
Quién
ejerce hegemonía
sobre
los límites de tu cuerpo y todo lo que encierran.
A
qué labios van destinados
los
besos que me pertenecen.
En
qué brazos te refugias
cuando
no quieres saber del mundo.
Dime,
a quién tomas de la mano
mientras
escapas de tus pesadillas.
Quién
te arrebató mi recuerdo de las entrañas.
Al
lado de quién caminan tus pies descalzos a la orilla del mar.
Me
pregunto quién es la causa de tus desvelos.
Por
quién estás dispuesta a dar tu último respiro.
A
quién se aferra tu cuerpo
en
busca de calor en las noches de lluvia despiadada.
A
oídos de quién van a parar tus “te amo”.
Encima
de quién derramas el fruto líquido de tu pasión.
Quién
tiene la bendición de verse en tus ojos.
Quién
tiene el privilegio de dejar tu alma en cueros.
Y
me pregunto si le amas tanto como dices
o
si sólo es una mentira que te cuentas a ti misma
en
un penoso intento por matar lo que sientes por mí.
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