Tus
ojitos siderales son la mayor muestra de nobleza y amor.
Las
tardes frías, contigo en mi regazo,
se
convierten en aventuras inéditas.
Los
toques celestiales de tus patitas
pintan
mi corazón de ternura,
¡Cuánto
misterio se esconde detrás de tu mirada!
Apuesto
a que en ella
habita
el más bello secreto de la vida.
Tu
naricita húmeda y rosada
es
el extraño motivo de algunas de mis alegrías;
El
ronroneo que emerge de tu pecho
aplaca
mis miedos y me llena de sosiego.
Quisiera
abrazarte eternamente,
me
llenas de una calma que me sitúa en otra dimensión.
Tu
cuerpecito es un río blanco de dulces misterios
del
que desborda un encanto ilimitado.
Eres
inocencia y belleza sostenidas por cuatro patas,
eres
luz, eres paz,
eres
todo eso y más.
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