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Mostrando las entradas de mayo, 2016

Te amé con toda mi sangre

Dicen que la sangre no duele, pero en este helado domingo de mayo, que quisiera desaparecer de todos los calendarios, la mía se retuerce y grita de dolor… Porque yo no te amé con todo mi ser, no te amé con el alma, no te amé con el corazón, sino con toda mi sangre… con toda esa sangre que solía correr emocionada por mis tuétanos, y que hoy gracias a ti, se detiene agonizante, se ha convertido en un líquido amargo y espeso, obscuro y sollozante, por el que a esta hora circulan, vagos y ataviados de tristeza, los cuerpos sin vida de los recuerdos que guardaba de ti. En una pequeña bocanada de tiempo me quedé sin las impresiones de lo que eres tú, en menos de un minuto, todas las ilusiones que vivían gracias a ti, se suicidaron, saltaron al vacío de este mundo. Y te fuiste de mí como siempre: cobarde, en silencio, sin lágrimas de arrepentimiento,   sin explicaciones, sin una mirada de amor, sin un beso,

Tú… siempre, tú… nunca

Tu sonrisa vive enmarcada en mis entrañas, el reflejo de tu mirada recorre a paso lento cada instancia de mis huesos, el sabor de tus caricias se quedó naufragante en mi piel, el olor de tus besos resuena sin descanso en el desierto que soy yo. Unos pocos segundos de febrero alcanzaron para que te convirtieras en todos mis diciembres. Gracias a ti los colores son más colores, mi vida se tiñe de éxtasis cada vez que recuerdo tus labios. La belleza, cabizbaja, se va cada vez que te ve, nunca pensó que alguien pudiera superarla. Eres poesía por excelencia, tus versos son tus ojos, que riman con mi corazón. Eres la encarnación de los fuegos artificiales que se asoman en las esquinas de los finales felices. Tú eres todos los acentos que le faltan a mi vida, el comienzo y el final de un libro que no acabo de escribir. Eres las gotas del rocío que con delicadeza se cuelan entre mis sábanas refrescando mis sentidos, e